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Competir en unos Juegos Olímpicos es lo máximo a lo que puede aspirar un deportista.
En muchos casos, es toda una vida esforzándose por llegar ahí. Imagínense ahora lo que significa el esfuerzo de competir sin un brazo, una pierna, con ceguera o con alguna discapacidad mental o sensorial.
De eso tratan los Juegos Paralímpícos, un evento lleno de guerreros y guerreras que con todo en contra, han salido adelante y donde cada competidor es un ejemplo de vida.
Vicente Almonacid es un nadador chileno que clasificó a la final de los 100 metros pecho, donde terminó octavo.
Sin embargo, una vez terminada su participación en Tokio confesó a través de su redes sociales que dudó hasta el último minuto de competir. ¿La razón? Hace un mes y previo a viajar a Tokio, le diagnosticaron un tumor.
“Me enteré 1 mes antes de viajar que tengo un tumor 6x5cm en el mediastino. Tenía que decidir si arriesgar mi vida para cumplir mi sueño”, partió contando el deportista.
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“Fue una lucha interna gigante que solo unos pocos sabían que estaba pasando y aunque yo no quería, me afectó”, siguió.
Según Almonacid, hubo días donde no quería entrenar. Contó que tenía pena, rabia e incertidumbre.
El deportista confesó que pese a todas las dificultades, se siente orgulloso de lo que logró.
”Nada ni nadie me arrebatara mis sueños y lucharé siempre hasta el final porque yo vivo para ser feliz y este último tiempo he sido más feliz que nunca. Hoy viajo de vuelta a Chile en donde me está esperando el pabellón para ser operado, recuperarme y volver a entrenar”, aseguró.
“Solo me toca pasar este trago amargo y seguir adelante, por que como dije una vez la vida es injusta y no siempre te da lo que mereces”, reflexionó en el cierre.
Desde acá nuestros respetos a Vicente.
Romántica TV
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