Pasa el tiempo y aún sigue doliendo el caso de Antonia Barra, la joven que se suicidara tras acusar un abuso por parte de Martín Pradenas.
Una historia que mostraba lo importante que era tipificar como delito al suicidio femicida y la inducción al suicidio. Algo que se luchó por concretar a través de la presentación de la Ley Antonia, la que finalmente fue promulgada.
La nueva ley incluye una serie de modificaciones al Código Penal, al Código Procesal Penal y a otras leyes. Todo para un trato digno y resguardando la vida, la integridad física, y la indemnidad sexual de las víctimas. Además de protegerlas, evitando la revictimización.
Una promulgación en La Moneda, en la que el Presidente Gabriel Boric aprovechó de anunciar el envío de indicaciones para mejorar el proyecto que busca proteger y reparar de forma integral a las víctimas de femicidio y sus familias.
Este paquete de medidas ingresará pronto a la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados. Con ella, se busca que sean considerados como víctimas de femicidio a hijas e hijos de las mujeres asesinadas; quienes hayan estado bajo cuidado; familiares; y a quienes tengan su representación jurídica.
¿Qué cambios se harán con la puesta en marcha de esta ley?
En el documento tras la iniciativa se explica que inducción al suicidio se tipificará especificando que “el que con ocasión de hechos previos constitutivos de violencia de género, cometidos por este en contra de la víctima, causare el suicidio de una mujer, será sancionado con la pena de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo como autor de suicidio femicida”.
También se suma la figura de inducción al suicidio. “Quien induzca a otra persona a cometer suicidio será sancionado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio. Si por tal circunstancia se produjera la muerte, la pena será de presidio menor en sus grados medio a máximo”, señala el texto.