Una tarde, a través de un canal de noticias local, toda una comunidad se enteró de una triste historia. Un perrito fue abandonado en un refugio de animales de Carolina del Norte, Estados Unidos, por una razón insólita.
El que fue su humano y que decidió entregarlo, argumentó que Fezco había tenido “actitudes homosexuales”. La historia corrió por toda la ciudad y fue vista por Steve Nichols y su pareja John Winn.
Conmovidos, empezaron a conversar del tema, tal como lo contaron al programa “Good Morning America”, donde explicaron:
“La conversación fue más o menos así: ‘Sabes, en 33 años, hemos tenido que enfrentar la misma ignorancia, intolerancia y estupidez de la gente y no siempre pudimos hacer algo al respecto.’ Pero pensamos: ‘Podemos hacer algo al respecto'”.
Así es como empezaron a hacer donativos, mientras seguían conversando el tema, hasta que finalmente lo pudieron adoptar.
De Fezco a Oscar
Desde entonces, su vida cambió. Se cambió de casa par vivir junto a sus nuevos humanos, Steve y John, quienes son pareja hace 33 años y que rebautizaron al nuevo integrante de su familia. El perro, que aparentemente tiene entre 4 y 5 años y es la mezcla entre pastor alemán y husky, ya no se llama Fezco. Ahora su nombre es Oscar, en honor al escritor Oscar Wilde.
El veterinario que lo operó y chequea periódicamente, el Dr. William Pressly aseguró que “Oscar es probablemente uno de los perros más dulces. No tuvo ningún problema de dominio mientras estuvo aquí con ninguno de los perros que le presentamos”.
Respecto al llamado “comportamiento homosexual”, el veterinario aseguró, que no hay orientación sexual en el comportamiento canino y felino.
Además, explicó que “una forma en que pueden ejercer su dominio es montando, la otra es mordiendo u otras pequeñas cosas que hacen”.
Según su nuevo humano, Steve, ahora el perrito está dejando lentamente la personalidad tímida que lo caracterizaba:
“Está empezando a salir de ese caparazón. El primer día, nos llenamos de alegría cuando movió la cola por primera vez. Y luego, durante el fin de semana, me sonrió un par de veces, lo que me hizo muy feliz”.
Una nueva oportunidad de vida que nos enseña una lección.