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“Yo ya lo viví, pero no quiero que lo vivan mis hermanas, ni mis amigas, ni otra mujer más en la vida” esa es una de las frases con las que Aracelly Brito describe al que ella ha llamado uno de los momentos más dolorosos de su vida: la pérdida de su hija que estaba a punto de nacer.
Y es que su historia, la de una mujer que pierde a su hijo no es algo extraño. Un respaldo de eso son las cifras que entregó la Asociación del Aborto Espontáneo de Reino Unido y que indican que una de cada cuatro mujeres embarazadas vive la pérdida de su bebé en gestación.
Pero… ¿Qué viene después de la pérdida? Acá es cuando entra el duelo perinatal, algo que según Fundación Amparos -que aborda el tema- es un proceso “marcado por intensas emociones tales como rabia, angustia, tristeza profunda, desconsuelo, desolación, agudeza en nuestros juicios, máxima sensibilidad, culpa, miedos, necesidad de aislamiento y apoyo al mismo tiempo”.
Aracelly es un testimonio fiel de ese proceso que tuvo que pasar luego de un largo camino de diagnósticos mal hechos; médicos que no la escucharon cuando ella notó que su hija se movía cada vez menos o especialistas que no tomaron en cuenta las señales que a esta madre mantenían inquieta o incluso un sangrado que terminó con un parto tras el cual su hija nació muerta.
“Llegamos y me hicieron pasar sola. Fue ahí cuando me dieron la noticia de que mi hija ya no tenía latidos. Me volví completamente loca… me comencé a golpear, gritaba tan fuerte que yo creo que la clínica completa me escuchó. Fueron a buscar a mi pareja pero no le dijeron nada. Él entró feliz, pensando que lo llamaban porque la Domi estaba pronta a nacer. Entró a mi habitación y se llevó el impacto de golpe… Él dice que mis gritos jamás los podrá olvidar”.
Un momento que marcó su vida, que llevó a Aracelly a investigar y a contactar a más mujeres que pasaron por lo mismo, o “situaciones mucho peores”. Toda esa información la llevó a movilizarse para crear la llamada “Ley Dominga” y desde ahí, empezar a buscar apoyo por parte de especialistas, parlamentarios, hasta personas reconocidas.
¿De qué se trata? De entregar el apoyo necesario a las familias que pasen por esto, un apoyo que debe incluir la preparación del personal médico.
“Nosotros vivimos una cantidad de indolencias y falta de humanidad… La falta de protocolos, de acompañamiento digno, de humanidad, de derecho a estar con tu bebé, de tener que estar internada con mamás con hijos vivos, el cero acompañamiento psicológico, ninguna explicación a nada y tantas cosas más”.
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La base es que todas las instituciones de salud, sin distinguir si son privadas o públicas, cuenten con un protocolo frente al duelo perinatal, este debe contar con un mejor manejo médico y apoyo psicológico para la madre y el resto de la familia. Esto considera:
Después de encontrar apoyo en especialistas, otras mujeres que pasaron por lo mismo y de la diputada Marcela Sabat, Aracelly comentó a Radio Bio bío que espera que luego de entregar el documento técnico a la parlamentaria, espera que pronto empiece una mesa de trabajo para darle forma a la ley.
Una iniciativa que parece necesario si se toma en cuenta lo que explica la psicóloga Nathalie Pincheira, del Centro de Salud Alianza quien describe así el duelo perinatal “el proceso de duelo es un trabajo emocionalmente fuerte debido a las características del dolor, un dolor intenso e inesperado. Los padres deben enfrentar a un nuevo desafío que se enmarca en la capacidad de reencontrarse y aceptarse ante una nueva identidad, permitiendo lograr el equilibrio personal y familiar esperado para que el funcionamiento de la familia pueda continuar de una forma saludable”.
¿Cómo no va a ser importante trabajar en una ley así?
Romántica TV
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