¿Sabías que según la ONU, el tráfico de especies genera unos 21 mil millones de pesos al año?. Un delito contra la naturaleza que pareciera ser cada vez menos frecuente, pero que aún sigue activo.
De hecho, en 2021 en Sudamérica se decomisaron más de 5 mil animales vivos, lo que se traduce en un 10% del tráfico ilegal de especies en el mundo.
Por lo mismo, es que iniciativas como la una médico veterinaria chilena cobran importancia. Romina Guardia es una chilena que está trabajando para construir un centro de rehabilitación en el Amazonas, que busca devolver su hábitat a cientos de especies.
Hace unos años, motivada por su deseo de ayudar a los animales que estaban sufriendo con los efectos del cambio climático, la llevó a tomar la decisión de inscribirse como voluntaria en un zoológico de la Amazonía ecuatoriana.
Ahí se hizo cargo del cuidado de Ramón, un mono bebé que según lo que Romina contó en entrevista con la Universidad de Chile, la “escogió como mamá”. Estuvo cuidándolo por cuatro meses, poco antes de que decidiera irse del zoológico porque le prohibieron seguir cuidando a Ramón.
“No voy a permitir que más animales bebés mueran”
Tras la dolorosa muerte de su hijo primate y regresar a Chile, decidió que podía aportar más volviendo al Amazonas. Tras no poder atender a otro mono, y recordando a Ramón, decidió que era momento de hacer algo más.
De esa forma, partió la idea de construir este centro de rehabilitación para especies víctimas del tráfico ilegal.
“Antes era solo una idea, pero ahí dije: voy a abrir un centro, no voy a permitir que más animales bebés mueran cuando tienen toda una vida por delante y muchas posibilidades de rehabilitarse y reinsertarse”, señaló Romina.
La iniciativa contempla una clínica de alta complejidad para atender a animales de otros centros y realizar investigaciones con universidades.
¿Qué falta para concretar este sueño?
Hasta ahora dos instituciones sin fines de lucro, Saving Monkeys Nonprofit y Yachana Foundation hicieron sus donaciones: un terreno de 3 hectáreas en una zona protegida del Amazonas y el financiamiento de dos jaulas de preliberación animal, ya instaladas.
Lo que falta para completar el Ramon’s Rescue Center son una clínica, un área de cuarentena, una casa para los trabajadores y voluntarios y una sala de lactancia.
“Queremos ayudar a todo tipo de animales, principalmente, primates. Al principio creo que lo único que no voy a recibir son felinos, porque es muy caro mantenerlos. Además, es complejo su manejo, son animales muy agresivos. Y aves, porque necesitaría un aviario grande y eso es costoso. A futuro me gustaría hacer uno como el del Zoológico Metropolitano, porque ellas necesitan volar para rehabilitarse”, señaló.
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