Con solo 34 años se convirtió en la mandataria más joven del mundo. Sanna Marin fue elegida primera ministra de Finlandia en diciembre de 2019, y desde ese momento ha sido reconocida mundialmente por el fuerte enfoque social de su mandato.
Autodeclarada feminista, Sanna Marin no solo ha sido una férrea defensora de los derechos de las mujeres desde que ingresó al mundo político a los 27 años. Su experiencia de haber sido criada por una familia homoparental ha sido crucial para que la igualdad, la paridad y los derechos humanos sean muy importantes para ella y su gobierno.
“Viniendo de una familia arcoíris, quería ver una sociedad en la que todo el mundo pudiera amar a quien quisiera. Quería ver una legislación renovada sobre el matrimonio igualitario y garantizar los derechos humanos para todos los géneros”.
Tras eso, continuó explicando “quería acabar con las diferencias salariales entre hombres y mujeres, y quería que los padres y las madres compartieran sus permisos familiares de forma más equitativa para que las mujeres pudieran seguir sus ambiciones profesionales igual que los hombres”, afirmó Sanna Marin tras recibir el doctorado honoris causa en la Universidad de Nueva York.
“Quería cambiar las cosas”
Finlandia es una de las naciones con la mejor calidad de vida del mundo, y fue elegido por la ONU como el país más feliz del planeta. Pero eso no le basta a Sanna Marin.
Preocupada por mejorar cada vez más la vida de los finlandeses, propuso reducir la jornada laboral a solo 4 días semanales, con 6 horas diarias de trabajo.
¿La razón? Sanna Marin fue clara en argumentar que las personas merecen pasar más tiempo con sus familias.
No olvides su nombre, porque aunque renunció a su cargo de Primera Ministra, seguramente seguiremos escuchando hablar de ella por mucho tiempo más.
Sanna Marin, la mujer más joven del mundo en estar a cargo de un país.