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Son claves: Investigación afirma que el acceso a áreas verdes en ciudades puede atenuar el envejecimiento biológico

Hace unos días, un estudio de la revista Scientific Reports señaló que observar a los pájaros, o incluso escuchar su canto, puede generar un impacto positivo en el estado de ánimo de las personas. Y es que la presencia de la naturaleza alrededor de las viviendas es realmente clave; una nueva investigación señala que las zonas verdes influyen incluso en el avance de la edad física.

Vivir dentro de un radio de 5 kilómetros con mayor vegetación, plantas y árboles puede ralentizar el envejecimiento biológico. Así lo constata un estudio de la revista Science Advances que está encabezada por la Universidad del Noroeste (EE.UU), con la colaboración de los centros españoles Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), la Universidad Pompeu Fabra y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp).

El análisis incluye datos de cuatro ciudades de Estados Unidos entre 1985 y 2006. La forma de medir el efecto sobre la salud fue el envejecimiento epigenético, es decir, los cambios en la expresión de los genes que se asocian al proceso de envejecer. Este proceso fue más lento en los lugares con más zonas verdes.

En la misma línea, los profesionales indican que las brechas socioeconómicas en el envejecimiento podrían deberse, en parte, a un acceso desigual a los espacios verdes por parte de las comunidades desfavorecidas.

“Nuestros hallazgos tienen importantes implicaciones para combinar la intervención en salud pública y la planificación urbana con el fin de ampliar la infraestructura verde y maximizar su utilización, lo que puede estar asociado a una mejora de la esperanza de vida”, expresan.