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Para poder criar su hija con seguridad: Mujer pasó 36 años pasándose por hombre tras recibir múltiples acosos

Lamentablemente, debido a la presión de algunas sociedades, muchas mujeres no pueden vivir con absoluta libertad en la tarea de la crianza. Ese fue el caso de una mujer en India que tenía que cuidar a su pequeña hija, y que más de tres décadas después, reveló lo que tuvo que hacer para esquivar acosos.

S. Petchiammal, una mujer de 57 años, le contó al medio The New Indian Express que se ha disfrazado de hombre durante 36 años para poder sentirse segura y criar a su hija como madre soltera. Ella se casó cuando tenía 20 años, y quince días después de su boda, su esposo falleció. A partir de ese momento, debido a que no quería volver a casarse, se encomendó en la misión de cuidar a su pequeña niña llamada Shanmugasundari ella sola.

Petchiammal trabajó en construcciones, hoteles y casas de té. Durante aquellos labores no paró de recibir burlas sexuales y comentarios ofensivos. Después de tener que soportar toda esa carga por parte de sus compañeros; decidió ir a al templo de Tiruchendur Murugan, cambiar su vestimenta por una camisa y un lungi (prenda típica que se usa en la cintura), cortarse el cabello y rebautizarse como Muthu.

Posteriormente, la mujer se mudó junto a su hija a la villa de Kattunayakkanpatti. A excepción de sus familiares cercanos, nadie más sabía su identidad real.

En la actualidad, la madre ya no tiene que cuidar de Shanmugasundari; pero aun así, no pretende volver a ser una mujer porque pasarse por hombre le ha brindado muchos beneficios y tranquilidad en la vida.

Independiente de todo, la mujer en la actualidad no la está pasando bien. Ya no tiene edad para seguir trabajando, así que tiene una serie de problemas económicos. Y su acercamiento al medio también fue con la razón de pedirle ayuda al gobierno. “No tengo casa ni ahorros. Tampoco puedo solicitar un certificado de viudedad”, expresó.

Esta situación parece ser algo inherente en la sociedad de India. De hecho, hasta no hace mucho, las mujeres tenían serias complicaciones a la hora de tramitar un pasaporte. Eran víctimas de una burocracia que las acosaba con preguntas, pues después de casarse pasan a ser subordinadas del esposo y dependían mucho del hombre para poder conseguir el documento. Evidentemente, esto se complica aún más para aquellas que perdieron a su marido.