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El doble de probabilidad de sufrir violencia: La vulnerabilidad de los niños con discapacidad del mundo

¿Cuál es el panorama actual de las personas en situación de discapacidad en Chile? La última foto que se tiene es de 2015, cuando se realizó la II Encuesta Nacional de Discapacidad, que arrojó algunas luces.

Según ese análisis, el 17% de la población nacional, más de 2 millones 800 mil personas, tiene alguna discapacidad.

En el país, actualmente hay leyes que buscan asegurar la inclusión social e igualdad de oportunidad para personas con discapacidad. Esa es la ley 20422, que define a este concepto así:

“Aquella que teniendo una o más deficiencias físicas, mentales, sea por causa psíquica o intelectual, o sensoriales, de carácter temporal o permanente, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ve impedida o restringida su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.

Pero, no basta con la inclusión. Eso lo deja demostrado un estudio publicado por la revista The Lancet, Child and Adolescent Health, que evidencia la violencia que sufren niños con discapacidad en el mundo.

Tienen el doble de probabilidad de sufrir violencia

Una de las principales conclusiones de esta investigación es que uno de cada tres niñas, niños y adolescentes, entre 0 y 18 años, con discapacidad en el mundo ha sufrido violencia.

No sólo eso, además tienen el doble de probabilidades de pasar por algún tipo de situación violenta, ya sea física, emocional, sexual o falta de cuidados.

El análisis se basa en la investigación de los datos de 16 millones de menores de edad, ubicados en 75 países de ingresos altos y 23 trabajos de siete Estados de ingresos bajos y medios.

Aunque no hay mayor conocimiento de lo que pasa en países del sureste, centro de Asia y Europa del este, para los expertos a cargo, es un aviso para los Estados del mundo, de lo necesario que es crear políticas públicas que terminen con esto.

Situaciones y agresiones que pueden dañar permanentemente la salud física y emocional de quien padece la violencia.