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Académicos de la U. de Chile crean nuevo medicamento que promete prevenir la aparición y desarrollo de las caries

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caries sin tratar son el trastorno más frecuente entre las enfermedades bucodentales, afectando a casi 3.500 millones de personas en todo el mundo.

Esta enfermedad se produce cuando la placa bacteriana que se forma en la superficie de los dientes, convierte el azúcar libre de los alimentos y bebidas en ácidos que lo destruyen en el tiempo. La falta de tratamientos preventivos y menos invasivos provocan que esta enfermedad sea resuelta con intervenciones a la estructura del mismo diente, reemplazando tejido natural con materiales invasivos, aumentando la probabilidad de perder los dientes, y con consecuencias que involucran un deterioro de la calidad de vida de las personas y su salud en general.

En este contexto es que un grupo multidisciplinario de investigadores de la Universidad de Chile creó un medicamento que aseguran, podría llegar a tener un impacto a nivel mundial.

El fármaco, que ya cuenta con una patente en Estados Unidos y se encuentra a la espera de que la Unión Europea le otorgue la licencia para realizar pruebas clínicas, fue desarrollado por la Facultad de Odontología y la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la casa de estudios.

¿En qué consiste?

El equipo compuesto por los académicos Mario Díaz-Dosque y Rodrigo Cabello de la Facultad de Odontología, y por Humberto Palza, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, desarrolló este medicamento llamado Blueremin, que permite tratar preventivamente y de forma mínimamente invasiva la progresión del avance de este tipo de lesiones, así como remineralizar las piezas dentales.

El profesor Díaz-Dosque explicó a Radio Universidad de Chile que este es “un producto de uso profesional que intercepta el avance y la formación de caries y la desmineralización del esmalte dental, y a diferencia de otros productos similares, no mancha los dientes, logrando inhibir el desarrollo de caries y también eliminarlas si se encuentran en su estadio primario“.

Su fácil aplicación no requiere ni mayor equipamiento ni una técnica compleja, lo que permitiría tener un bajo costo comercial, de manera de ofrecer una alternativa al alcance del sector público para mejorar la calidad de vida de los pacientes de manera masiva, manteniendo la mayor cantidad de tejido natural de los dientes tras el tratamiento.

“En términos bien objetivos, creo que es el primer producto de estas características en la Facultad de Odontología que tiene una patente en EE.UU., y sin lugar a dudas es un producto que en un futuro con mayor desarrollo, va a tener impacto a nivel mundial”, destacó Díaz-Dosque.

Actualmente, el equipo está postulando a proyectos para desarrollar las pruebas clínicas necesarias durante el próximo año, para luego avanzar hacia el diseño de producción.