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Terrible: Niña boliviana de 11 años está embarazada tras ser violada por su abuelastro

De tanto en tanto una terrible historia de este tipo nos sacude a todos.

Una niña boliviana de solo 11 años quedó embarazada tras ser violada por su abuelastro. Actualmente, tiene 5 meses de gestación.

Como suele suceder en estos casos, la investigación demostró que no se trató de un hecho aislado, sino que de abusos reiterados.

Y es que el victimario era quien cuidaba de la niña mientras sus padres debían viajar constantemente por asuntos laborales.

El agresor fue encarcelado y la menor, con 21 semanas de gestación, está ingresada por estos días en un hospital de Santa Cruz debido a lo riesgoso de su embarazo.

“En un país justo, las niñas no son madres”

Evidentemente, la situación volvió a poner en el tapete la posibilidad -o no- de poder abortar en casos tan extremos y dramáticos como este.

Según Ana Paola García, directora de la ONG feminista Casa de la Mujer, en un principio la madre de la niña pidió la interrupción del embarazo, acogiéndose a una sentencia constitucional de 2014 que establece que una víctima de violencia sexual puede abortar sin necesidad de una orden judicial y al margen del período de gestación en que se encuentre.

Sin embargo, por la “injerencia” de una organización católica, la mujer desistió de que se interrumpa el embarazo de su niña, denunció la ONG.

La menor había manifestado previamente a una junta médica que “no quiere ser madre”, por lo que se le suministró una primera dosis del medicamento para interrumpir la gestación, explicó García.

Pero luego una abogada que la organización religiosa le puso a la madre, presentó un memorial de desistimiento junto a una carta manuscrita en que la menor supuestamente manifiesta que ya no quiere someterse al procedimiento, por ahora paralizado.

“Es un crimen lo que se está haciendo con esta criatura porque en un país justo las niñas no son madres”, sostuvo la ONG.

García insistió en que debe prevalecer el bienestar físico y emocional de la menor, y consideró que el Estado debería intervenir para velar por sus derechos.

Por su parte, la Iglesia Católica abogó en un comunicado por “salvar, cuidar y apoyar con amor de las dos vidas”, y ofreció “acogida y atención a la niña y a la criaturita que tiene en su vientre” en un centro para madres adolescentes con el apoyo “material, médico, psicológico y espiritual” correspondiente.