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¿Sabías que en Bélgica existen “buzones” para abandonar bebés de manera anónima?

Es la medida más desesperada que una madre puede tomar si decide no abortar y tener a su bebé.

Y es que hay circunstancias en la vida que te pueden llevar a tener que abandonar a tu hijo/a. Evidentemente, se trata de una situación extrema, pero que lamentablemente ocurren en la vida real.

Todos los años escuchamos o leemos alguna historia así. Por lo mismo, en algunos países europeos, como Bélgica, existen los “buzones para abandonar bebés”.

Se trata de los “babyklappe” o ‘Baby box’ y estos días, recibieron al primer bebé desde 2019 en la ciudad de Amberes.

El alcalde de la ciudad, Bart De Wever, informó que el abandono ocurrió el pasado viernes 18 de junio.

Por ahora soy el guardián de este pequeño milagro. Mis hijas llamaron al bebé Finn. Al pequeño Finn no le faltará de nada”, escribió el alcalde junto a la fotografía que compartió en sus redes sociales.

¿Cómo funciona el sistema?

Un “babyklappe” consiste en un pequeño cuarto de un hospital que tiene una ventana que da a la calle y que se abre desde fuera. Esta ventana da a una cuna climatizada vigilada por una cámara de video.

En el momento en que alguien abre esa ventana una alarma se dispara en la unidad de cuidados intensivos avisando al personal médico de que está siendo depositado un bebé.

La persona que realiza la entrega, que no queda grabada en el video para mantener su anonimato, encuentra una carta escrita en ocho idiomas que explica cómo contactar con el hospital y un sello de tinta para tomar una huella del recién nacido.

Así esa persona tiene la posibilidad, si luego se retracta o lo piensa mejor, de volver para reclamar al bebé. En ese momento la ventana se cierra siendo imposible volver a abrirla desde fuera.

Este sistema para que las madres puedan dejar a su bebé de forma anónima, fue ideado en Bélgica por la organización sin ánimo de lucro Moeders voor Moeders (Madres para Madres, en neerlandés) hace ya dos décadas.

Desde el año 2000 ha acogido a 19 bebés y Finn es el primero desde 2019.

A menos de que la madre se ponga en contacto con Moeders voor Moeders, la asociación no sabe de dónde proceden los bebés y se hace cargo de ellos hasta que, al cabo de unas semanas, inicia los trámites de adopción.