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Paulina Urrutia y el Alzheimer de su marido Augusto Góngora: “Siento que aún me ama”

En 2014, el destacado periodista, documentalista y rostro televisivo Augusto Góngora, fue disgnósticado con Alzheimer.

Hoy, siete años después y a sus 69 años, uno de los hombres más destacados en lo que se refiere a mostrar la cultura en televisión, es totalmente dependiente.

Y depende, en gran medida de su pareja hace casi un cuarto de siglo, Paulina Urrutia.

El Alzheimer es una enfermedad degenerativa, sin cura y que afecta principalmente la memoria, aunque en estados más avanzados aqueja también la orientación, la motricidad y puede afectar otras capacidades mentales.

Hace unos días atrás fue noticia que en Estados Unidos se aprobó, tras casi 20 años, el uso de un nuevo medicamento para la enfermedad.

En este contexto, Paulina fue invitada al panel de “Mucho Gusto” donde contó cómo está Augusto y cómo han lidiado en conjunto, con la enfermedad.

“Siento que aún me ama”

Paulina comentó que la pandemia aceleró aún más el Alzheimer de Augusto.

Le es muy difícil caminar. Depende de todo, para comer, para bañarse… Ha avanzado muchísimo la enfermedad“, comentó de entrada la actriz.

Urrutia añadió que una de las cosas que ha aprendido con esta enfermedad, “es que así como se va deteriorando claramente el cerebro y va afectando distintas zonas (…) va quedando el cerebro más originario, el cerebro más antiguo, el más arcaico, que es donde están depositadas las emociones”.

Tras esto, reveló que Góngora, en sus momentos de lucidez, es capaz de conectarse con la realidad a través de sus emociones. “Simplemente es capaz de decir que ama y siente cuando otro lo ama“, aseguró.

“Yo siento que aún me ama. Imagínense todas las preocupaciones que hay en el día para ayudarlo, a acompañarlo, pero yo soy la mujer más feliz cuando llega la noche y yo puedo acostarme junto al Augusto. Tomarle la mano y si se angustia, si se desvela, decirle: ‘Tú eres Augusto Góngora, estás en tu casa y estás con la Pauli, y que él me diga que eso es bueno’”, comentó, diciendo que una de las cosas que la llena actualmente.

“(Tenemos) que amar no solamente las luces, los triunfos, las grandes conquistas que hace el ser humano, sino también la precariedad, la debilidad, la falla, el error. Tenemos que ser capaces como humanidad de aprender a amar“, finalizó.