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Ni uno ni dos: China flexibiliza su política de planificación familiar permitiendo un tercer hijo

Desde 1979, China cuenta con un estricto control de natalidad.

¿La razón? Frenar el exponencial crecimiento de su población y buscar aliviar los problemas económicos, sociales y ambientales que ello estaba provocando.

Primero fue el “famoso” hijo único. Dicha política perduró por más de tres décadas en el gigante asiático hasta que en 2015 se aprobó la posibilidad de que las parejas tengan un segundo hijo.

Y este lunes, China anunció la relajación de sus medidas de planificación familiar permitiendo a sus ciudadanos tener un tercer hijo.

Esto después de que las últimas cifras del censo mostraran una reducción en la natalidad situando a la población del país en casi 1.412 millons de habitantes.

Las autoridades tomaron esta decisión con el objetivo de “mejorar la estructura poblacional” del país, así como “responder de manera activa al problema del envejecimiento“.

En este contexto, las autoridades chinas sostienen que la medida garantizará que se alcance un “desarrollo económico de alta calidad“, al tiempo que busca “mantener la seguridad nacional y la estabilidad social“.

Entre algunas minorías étnicas ya era posible concebir tres hijos, algo que no se les aplicaba a los “han”, la etnia mayoritaria en el país.

Lo anterior había dado lugar a casos de mujeres forzadas a abortar por las autoridades o cuantiosas multas por incumplimientos, entre otras situaciones.